No es una lista de deseos ni mucho menos hablamos de los propósitos de año nuevo de toda la humanidad. Es ni más ni menos que el presupuesto del que dispondrá el Ministerio de Igualdad hasta 2025 para implantar el III Plan estratégico de igualdad efectiva entre hombres y mujeres. El anterior estaba dotado de 3,126 millones. No está mal la crecida. Cabe decir que el beneficio total de la petrolera estatal brasileña (Petrobras) en 2021, fue de 20,000 millones de euros. Euro arriba, euro abajo.
Pero no pienso hablar de los recovecos de la inversión o a qué irá destinada exactamente, o siquiera si es una cifra de uso real y no mera propaganda dirigida a alimentar los egos de un partido de coalición que ya debe de ser lo suficientemente consciente de que tiene las horas contadas, pero de cierto modo se opta por entregarle algunas migajas en forma de elaboraciones semánticas carentes del menor calado institucional.
Inmoral: Que es contrario a los principios de la moral.
Minusvalorado adjetivo que entra con fuerza en la realidad de nuestro tiempo, y hay que empezar a darle un uso más resonante en cada protesta que gritemos al viento del sur.
Inflación camino de desbocarse, combustible a precio de lingote de oro, costes de la energía que hacen más económico quemar nuestras casas que pagar la luz… y esperemos que no golpee el zarpa de la escasez alimentaria, de la que por el momento libramos. Aunque, obviamente con los actuales costes de transporte, no es una meta inalcanzable. Desde el momento que sacar el camión a la carretera le salga más caro al transportista, que dejarlo en el garaje, sabemos lo que se avecina. Cómo diría El Mandaloriano: this is the way. No sé exactamente en qué punto nos encontramos y no quiero tampoco entrar en elucubraciones que se escapan de cualquier conocimiento que yo alcance, o análisis más allá de la irritación y del cabreo que si soy consciente de tener. Pero estoy seguro de que no es un punto divino.
Inmoral.
20 mil millones cuando estamos con un agujero fiscal aterrador, para medidas difusas que no explican, es inmoral. 10 kilómetros le quedan al gaseoducto del Pirineo, pero no existen 20 mil millones de razones para acabarlo, y es inmoral. Con una tasa impositiva cobre los carburantes abusiva y el sector del transporte al borde de la muerte y con ello, el corazón del país, es inmoral. Comportarse como si cada problema que has ayudado a crear no fuese contigo, mientras mantienes unas medidas propias de un gobierno ausente y restringes a la población por “cuestiones de agenda política”, es inmoral.
Nos encontramos en una tesitura apabullante donde la realidad ha querido hacer acto de presencia de la manera más violenta posible, y nos dirigimos sin frenos hacia el precipicio del caos. Y oye, yo no quiero vivir en el caos. El caos no me atrae lo más mínimo y si alguien desea pertrecharse en la trinchera y empezar a disparar a todo lo que se mueva mientras le devoran por los pies, es su decisión. Yo no quiero el caos. Yo quiero que esas 20 mil millones de razones tengan algún mínimo sentido y quien realmente debe recibirlos, lo haga. Y mientras tanto, hoy, nadie habla de ese despilfarro. Ni de los combustibles, ni del caos que nos pone su camisa de fuerza, nadie habla de que la dirección del coche ya no funciona y el conductor no quiere detenerse y arreglarla, más bien pisa el acelerador y mete séptima. Hoy los medios de información, que necesitan del presupuesto estatal para subsistir porque son como drogadictos enganchados a la droga pública, te bombardean con la llegada de Hitler a Castilla y León. Por lo menos. Un acuerdo de gobierno entre otros dos partícipes de la estafa de la que todos ellos son partícipes, pero unos lo hacen con más efectividad que otros.
Que esas razones lleguen con sentido y una dosis de responsabilidad acorde al cargo que supuestamente algunos ocupan. Mostrar al país el respeto que se merece, y no la falta total de sentido de estado que se escapa por cada poro de la clase política que mantiene un pesebre demasiado caro en la gran capital. El reino decae por su peso, y las ratas no abandonan el barco porque las muy miserables no tienen a dónde ir. Por lo tanto, continuarán trepando hasta llegar a lo más alto… hasta que se queden atrapados y cortemos el mástil.
Todos forman parte del circo, y nosotros ya no somos ni espectadores, porque no podemos pagar la entrada.
Inmenso aplauso
Me uno
Creo que hay que invertir en igualdad pero estamos llegando a un punto que se escapa de cualquier realismo.
Estamos en el circo porque no nos queda otra, pero que pasaría si levantamos la voz y nos unimos en algo más? Igual el circo se convierte en un coliseo.
Creo que toda persona de bien está quemada y veo que no soy el único. Esto necesita de movimientos más duros