
Te preocupa mucho el cambio climático y la naturaleza. Cultivas alimentos con tu mierda, bebes tu orina y le has puesto de nombre a tu hija, Manzana. Mandarina molaba más, pero es menos habitual y no te atreviste. Bueno, a lo que iba es que eres un adalid del wokismo, el nuevo exponente de las políticas ‘new age’; todo un ser humano ascendido que vive deprimido por la situación del planeta y la huella de carbono que estamos dejando todos y cada uno de nosotros. Te preocupa tanto, que te recorres el mundo dando conciertos a más de 200 euros por entrada. Eres ecorresponsable porque en vez de dos conciertos, haces cinco y te ahorras volver de nuevo a esa ciudad el mes que viene, ya lo harás el año entrante con seis conciertos a 350 euros.
Bueno, les doy tregua porque es verdad que han reducido el número de conciertos que dan por país.
Porque ellos no quieren desplazarse mucho por el cambio climático, ¿saes?, así que eso te lo dejan a ti. Que, entre comprar la entrada para el espectáculo, dormir, moverte y comer, seguramente pagues cerca de 1000 euros por ir a ver a Chris Martin soltar gallos a precio de diamante. Eso sí, tienes que hacerlo siempre de manera ecosostenible, así que a Barcelona por favor vete en tren eléctrico, o en su defecto en bicicleta. Siempre puedes ir como agregado en alguna etapa de La Vuelta, para no sentirte solo. También te digo que no dormir y no comer sería muy bueno para el planeta, porque no comiendo no dejas desperdicios, y añadiendo el no dormir, estás más cerca de morir, con lo que librarías al mundo de la carga que supone tu cuerpo. ¡Reduce tu huella de carbono!
Pero antes de palmar cómprate su disco, y consigue su politono enviando HOTPLAY al 666. Además, podrás entrar en el sorteo de un lote de células (no son fetos porque no son personas, o algo así) para reducir tu incipiente calva. Todo son ventajas, y tú no lo sabías.
Por cierto, en 2019 si no recuerdo mal, dijeron que dejaban de dar conciertos. Ahora te ponen a pedalear entre canción y canción, tras dejarte los higadillos en una entrada, para que el señor bebeorina tenga la conciencia tranquila yendo y viniendo en su jet privado y moviéndose en cochazos, para ir a sus casas con todas las comodidades posibles. Porque una cosa es venderte las bondades del wokismo, y otra disfrutarlo en tus propias carnes. Eso queda para el tolai de turno que acepte el mensaje como mantra. Que hay muchos. Demasiados.
Les duró la promesa casi tanto como una de Pedro Sánchez. Ahí, ahí. Aunque también tiene mérito llevar haciendo la misma canción 15 años y seguir en el candelero. Me recuerdan un poco al U2 que sufrimos hoy en día. Eso sí, son un placer culpable, porque a mí sus primeros álbumes me gustan. Todos tenemos defectos, y yo los tengo a paladas. Y hablo de ambos, aunque los primeros discos de U2 fueron obras maestras. Que pena que el desquicie menta tomase el mando de Bono y se viniese a hacer política a España. Ejque… ¿no? Igual me he liado.
Mirad si están comprometidos con el cambio climático y la revolución social, que se dedican a ser hombres anuncios para BMW y otro tipo de grandes compañías. Ese tipo de compañías que están muy concienciadas con la naturaleza, pero ya no tanto con su mano de obra. Y es que el fin de todo esto, es el que es. Y no, no es comer Lacasitos mientras ves Tienes un email. Buena película, por cierto. Me lleva a tiempos mejores, menos complicados. Bueno, salvo para los Balcanes.
Roman cavalry choirs are singing.