
La UE. Bendita Unión Europea, esa nave pilotada por licenciados en lo más random que te puedas imaginar, cementerio de elefantes y grupúsculo de aspirantes a caciques con unas ínfulas de superioridad que ríete tú de Cristiano Ronaldo. La UE. Bendita Unión Europea. Ese inmenso Destructor Imperial pilotado por unas personitas muy concienciadas y preocupadas porque sus Excel y Power Points se cumplan y salgan bien, e incapaces de levantar la vista ante lo que se nos viene encima. O tal vez si lo ven y el problema radica en que les da igual, porque con sus sueldos cien mil euristas (libres de impuestos) piensan que su maná será eterno. Véase eternidad 10-15 años, que es lo que pueden tardar en hacerse ciertos contactos y solucionarse la vida toda esta ralea. ¿Entendemos ahora a los británicos?, me da que cada día un poco mejor de lo que a priori esperábamos.
Cosas que pasan.
Luego tenemos la energía y la ruina; la ruina y la energía. Europa abocada al caos por una agenda que no entendemos demasiado bien, pero que tiene una cantidad de acólitos alarmante. Eso sí, a esos acólitos les doy tres o cuatro meses. Cuando los cortes de gas, racionamientos de combustible y luz, empiecen a llegar a todos nosotros (a los de arriba no), la agenda climática puede que no les interese tanto. Claro, será tarde, pero eso ya no importa.
Europa apuesta por más renovables y eficiencia energética, reduciendo el consumo de energía por parte del ciudadano europeo. Y es que cuando Europa hable de eficiencia y renovables en la misma frase, es hora de que te pongas a correr como si te fuese la vida en ello, porque lo más seguro es que te vaya la vida en ello. Porque ya no es que te vayan a sangrar a impuestos absurdos y verdes (pero muy ecoconcienciados), es que están ideando una nueva forma de empobrecerte un poco más. De limitar tu vida un poco más, sea por una nueva normativa de ruidos en la cual no puedes levantar la voz a partir de las 20:00 porque molestas al estornino azul de cola verde que procede de Djibuti, o impidiéndote usar tu vehículo privado porque contamina y tu huella de carbono está acabando con el planeta. Maldito egoísta genocida. En definitiva, Europa piensa que por primera vez en la historia una sociedad podrá cambiar el paradigma mediante el cual una disminución del consumo de energía, no va ligado a un deterioro del bienestar y la calidad de vida de dicha sociedad. Es decir, que serán capaces de evitar una recesión perpetua, mientras consiguen que tú uses menos gas, no utilices el coche y te dediques a comer lechugas sin pesticidas (siempre y cuando no te jodan las cosechas las plagas), mientras bebes la orina del día.
Pero eso sí, tienes que confiar en las instituciones. Porque la UE es una máquina bien engrasada dispuesta siempre a legislar el absurdo más ocurrente. Y si le pides explicaciones a uno de sus funcionarios en Twitter, se limita a llamarte algo menos que subnormal mientras intenta posicionarse por encima de cualquier argumento que puedas darle. Y si es irrebatible, ya se encargará de desviar la conversación por dónde él lo considere oportuno. Porque son así, les entrenan para evitar dar la cara, más allá de poner la mano como pedigüeños.
Aquellos bonitos 2000.
Hace unos cuantos años había ciertas personas que decían que si la UE no se encaminaba hacia un Estado Federal (hablando en plata, seguir el modelo de los Estados Unidos), estaba abocada al caos y consumirse desde dentro. Los llamamos locos, unos porque no queremos ser parte de un megasestado, y otros porque pensaban que eso era imposible. Era una máquina muy bien engrasada. Parece ser que, en 2022, aquella conspiración ha ido tomando cuerpo. A muchos le ha obligado a dejar de creer en este proyecto y a desear su destrucción a marchas forzadas. Y es que se podía creer en la UE cuando te daba libertad de mercado, libertad de circulación y era garante en la defensa de los derechos humanos en un mundo de locos. En la actualidad las dos primeras ya se han disipado. La primera en realidad hace tiempo, pues el monstruo intervencionista es insaciable y es lo que nos ha traído hasta este puerto, y la segunda debido a la pandemia y los comportamientos dictatoriales de muchos estados, en cierta forma también ha empezado a ser parte de una vieja historia. Respecto a la tercera, he de reconocer que la defensa de los DDHH a mí me chirría cuando has tolerado que encierren a la gente en su casa saltándose la ley, tienes vigente un pasaporte sanitario para viajar o has segregado a gente debido a su estado de salud. Que queréis que os diga, mucha garantía en derechos humanos yo ahí no veo.
Tal vez estemos asistiendo a los últimos coletazos de una idea que nació con unas intenciones distintas a las que ha ido desarrollando, pues quizás generaciones de políticos sin responsabilidades oficiales reales y que nacieron en una ola de comodidad que parecía inalcanzable, han encontrado la forma de poder socavar un poco más el futuro de un pueblo al que han abandonado. Y todo por hacerse ellos un poquito más ricos. No podemos estar sino en el bando correcto de esta historia, porque hay dos: el suyo y el nuestro. No creo que exista un tercer punto en el que las realidades se fundan en una y volvamos a ser una chupipandi con una bandera repleta de estrellas y un himno muy alegre. La UE ha muerto, larga vida a la UE.
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