
Harto de sufrir cada día, de vivir al límite por obligación y no por elección. Harto de la condescendencia de generaciones de antaño, de las pobres disculpas por el daño causado, o el pingüe ‘atrezzo’ de una vida de crueldad inmisericorde. Estoy harto de la precariedad galopante, de no haber conocido más que inmundicia laboral y convivir entre un atajo de jetas y explotadores que tienen el cuajo de decirme que la culpa es mía por haber permitido que ellos me exploten. Estoy harto de mirar mi cuenta cada semana y observar como el dinero se evapora un poco más rápido cada día, harto de que me digan que vivo en esta situación porque quiero, o me lo he buscado. Estoy harto de la triste realidad que se ha convertido en mi rutina, de sentir que la vida no me ofrecerá más oportunidades, porque nunca me las ha dado. Estoy harto de sentir como todo se escapa con el suceder de los años, y lo que en un tiempo me daba la ilusión de, al menos, disponer de un futuro prometedor, me ha sido arrebatado con descaro frente a mis ojos. Estoy harto de que me repitan que no tengo futuro, porque me han robado el presente. Estoy harto de pagar la ruina de otros, y de haber heredado un país quebrado, sin haberlo quebrado yo. Estoy harto de que gobiernen para quienes me han empujado a esta situación, mientras esos mismos que me han forzado a estar así, se aseguran su futuro porque ‘no vaya a ser’. Estoy harto de pagar el pato de irresponsabilidades ajenas.
Estoy harto de sentirme robado por los mismos que me acusan de vago. Harto de escuchar reproches de personas que a mi edad tenían la vida resuelta, por el mero hecho de disponer de un acceso al ocio más sencillo del que ellos tuvieron. Me imagino que poder pagarme la suscripción de Netflix sustituye el no ser capaz de afrontar una hipoteca, o comprarme un coche de primera mano. Me imagino que poder comprar algo por Amazon, sustituye el no tener la capacidad de pagarme una quincena de vacaciones al año. Me imagino que poder salir a tomar algo, sustituye el no disponer del músculo económico para tener hijos.
Estoy harto de estar harto, y no existe nada que pueda salvaguardar la esperanza de unas generaciones rotas. Sin ilusión, sin más certeza que el ser conscientes de su miseria y de malvivir con un salario indecente, mientras quienes han traído esta situación hasta aquí disponen de los pocos recursos que quedan en el país a su propio capricho. Son suyos porque lo son, y punto. Porque el resto no tenemos más derechos que los que según ellos, luchemos por conseguir. Mientras tanto ellos disfrutaron y esquilmaron el mundo que les dejaron sus padres como si de una fiesta perpetua se tratase; despilfarran lo habido y por haber hasta que la música deje de sonar, mientras señalan con el dedo acusador a generaciones que apenas están levantando los ojos para ver el mundo. Cuando las luces se enciendan nos tocará limpiar a nosotros, porque ellos ya se habrán ido a dormir a sus casas pagadas, subidos en sus coches de 40k, para seguir disfrutando de sus pensiones que doblan el sueldo medio. Se jactan de haber luchado, pero en realidad toda esa prepotencia esconde algo más básico y apestoso de lo que quieren admitir: lo tuvieron fácil. Fácil acceso a lo más básico, mientras por el camino blindaron su futuro hipotecando el de sus hijos.
Estoy harto de vivir enfadado y que me digan que no tengo derecho a estarlo. Estoy harto de vivir cansado, y que me digan que soy de cristal. Estoy harto de vivir en la cuerda floja, y que me digan que tenga arrojo, y que arriesgue. Quizás, y solo quizás, a mis 35 años he arriesgado más en mi vida de lo que ellos lo han hecho en sus despectivos sueños. Quizás, y solo quizás, me he deslomado más de lo que ellos lo han hecho en sus proclamas de mercadillo.
¿Para qué?, para nada.
Estoy harto de no conocer la bonanza y de subsistir en una crisis perpetua. Estoy harto de que me digan que es culpa mía, cuando los que llevan gobernando más de 30 años, y dirigen las empresas que rigen el mercado, son ellos: los mismos que dicen que la culpa es mía.
Estoy harto del egoísmo disfrazado de suficiencia.