
Son tiempos de oscuridad, donde abyectos hombres y mujeres de mañas tenebrosas y comportamientos impuros, atentarán contra las libertades de un pueblo llano entregado y trabajador. Tiempos donde el libre albedrío se tornará un reflejo de tiempos pasados, donde el mundo parecía ser un lugar en el cual la convivencia no era tan difícil. Pero hemos decidido sumirnos en la oscuridad, en la tétrica noche donde los monstruos acechan en las esquinas de calles tenebrosas. Ciudades en las que los animales nocturnos huelen el miedo y ansían la sangre, por las que caminar se convertirá en un anhelo remoto debido a las elevadas tasas de delincuencia. Violaciones, abusos, robos y saqueos, asesinatos y duelos a machete. El salvaje oeste es lo que hemos querido tener. Bandas latinas, que no son de cumbia, atenazan la paz social reinante en infinidad de barrios, mientras los de la dieta del jamón patrullan vigilantes para que cumplas la sagrada ley del pañuelo en la cabeza. El sometimiento.
Son tiempos donde la ultraderecha ascenderá al poder en multitud de países, junto a la delincuencia patrocinada y aupada por el estado. Vamos a tener que asumir encierros en nuestras casas, o pasaportes sanitarios. Obligación vacunal y prohibición de ejercer tu trabajo, sin vacuna previa. Tal vez nos encontremos con gobiernos en los que un vicepresidente cree un Ministerio para darle trabajo a su esposa, o un presidente del gobierno acuda a la boda de su cuñado en el avión presidencial. Quien sabe, incluso puede que impongan toques de queda y mandatos absurdos con el justificante sanitario en mano, mientras te impiden salir de tu ciudad, bajo amenaza constante de multa y algo más. Tendrán al ejército en las calles, a la policía vigilando que no vayas al supermercado que no te corresponda por distancia de tu domicilio, o a los niños marcados como vectores de contagio vírico, y adolescentes asesinos de sus abuelos por salir a disfrutar un poco de la vida. Quizás tiempos en los que a un camionero le bloqueen su cuenta bancaria por protestar contra ese gobierno de ultraderecha. Porque si te sales del tiesto, ojito, que pueden volver a encerrarte en casa. Vendrán los fascistas a impedirte circular por el centro de las ciudades, aunque seguirán esquilmando al ciudadano mediante impuestos confiscatorios, porque hay que financiar esa vida lujosa de facha. Esos mismos fascistas que te prohibirán fumar en la calle, o pasear sin la mascarilla bien apretada. Los mismos que te tirarán a los pies de los caballos si no cumples la agenda con inexpresivo sometimiento. Porque cuidado, pueden convertirte en el enemigo público número uno y crear una campaña de acoso mediante sus medios subvencionados.
Son tiempos oscuros donde viviremos en un planeta inhóspito, amparado en el salvajismo. Un mundo donde las naciones se convertirán en gigantescas cárceles bajo mandatos absurdos e injustificados, conservando a duras penas un atisbo de libertad individual, y mutando en pseudo estados policiales de chichinabo gracias a una población entregada y colaboracionista. Se cerrarán fronteras y no podrás entrar en tu país, sin presentar datos privados de salud, o someterte a estúpidos test analíticos.
Tal vez el fascismo es lo que hemos vivido durante estos dos últimos años y medio, donde todas nuestras libertades y derechos han sido violados en incontables ocasiones por gobiernos corruptos y vendidos a poderes de oscuro origen. Tal vez el fascismo ha sido dejar morir solo a tu abuelo, impedirte trabajar o salir de tu casa. Tal vez el fascismo es tener un gobierno que se ha saltado la Constitución en repetidas ocasiones, sin ningún tipo de reprobación social.
Tal vez el fascismo es lo que hemos vivido, y alguno tenga que poner en orden sus pensamientos.
Tal vez.