
No cabe duda de que tenemos al verano llamando a la puerta, el sol matutino y el cielo despejado con una temperatura más que agradable a primera hora de la mañana, te lo anuncian con alegría contenida. Bendito cambio climático, amigos, que nos trae caloret y desparpajo entre la muchedumbre que ansía las fiestas y verbenas que durante dos años les han sido arrebatadas. Anhelantes de la vida que ha estado escondida durante un eterno bienio de atropellos (con LL, Escolar) e ilegalidades disfrazadas de condescendencia y falsa preocupación institucional. Y digo esto porque lo primero que veo tras intentar ponerme al día de lo que ha sucedido entre que me dormí y me desperté, por supuesto después de disfrutar de un buen desayuno, es a nuestro querido amigo y vecino Pedro Antonio Sánchez hablando en el Congreso Circo de los Diputados sobre los derechos de los ciudadanos y cómo lo único que deseamos es que esos mismos derechos no se vulneren. Y podría darle cierta parte de razón, de no ser porque estos comentarios provienen de un tipo que promovió y encabezó dos Estados de Alarma inconstitucionales, amén de una retahíla de abusos que algún día enumeraré detenidamente.
Ponerte por abanderado del incumplimiento de la ley mayor del país, con orgullo manifiesto y sin ningún tipo de arrepentimiento, no me hace más que intentar asimilar como el ciudadano medio continúa en este punto del camino, comprando ese discurso.
Hablamos de una vulneración flagrante de tus derechos y libertades, patrocinando las patadas en la puerta policiales sin ningún tipo de amparo legal, para interrumpir reuniones de más de dos personas en viviendas privadas. Hablamos de controles de carretera por parte de esa policía, la misma policía que detenía surfistas o aterrizaba un helicóptero en mitad de una playa para amedrentar a un abuelo. Policía que te machacaba a diario por no ir al supermercado que te correspondía, que te acosaba en la calle cuando ibas a trabajar si no llevabas el pertinente salvoconducto. La policía que no te permitía salir de tu municipio. La policía que te acosaba por sacar al perro fuera del horario estipulado. La misma que multaba a diestro y siniestro sin ningún tipo de escrúpulo, y hoy se ve mareada entre denuncias y reclamaciones que por supuesto, van a perder. Pero pagas tú, porque paga el Estado. Y todo esto, promovido y alentado por el gobierno y el principal partido de la oposición. Es grato observar como en este punto, cuando no se ha derogado la emergencia sanitaria y se continúa obligando a muchos trabajadores a llevar mascarilla (Si, Pedro, vulnerando sus derechos pero amenazando con despidos) saltándose la ley con la ayuda de los dos sindicatos mayoritarios, nos preocupamos por los derechos del ciudadano. Porque exigir pruebas PCRs para entrar a tu país, es obviamente un derecho contemplado en la Constitución Española, solo que aun no sé en qué apartado.
Pero Pedro te habla de derechos y de que estés tranquilo, porque este gobierno se preocupa porque nadie los vulnere, lo que se olvida de decirte es que eso ya lo hace él. También te digo, que si a estas alturas no has visto tus derechos vulnerados y mantienes una equidistancia total con las medidas adoptadas, es que tu brújula moral está bastante jodida. O simplemente, que tu idea de democracia no es más que la de una dictadura de pacotilla donde un inútil legisle en base a sus cojones morenos mientras el resto tenemos que asistir a la desvergüenza de una clase política más incapaz que un manco jugando a la petanca.