
Todos ladran como una sola voz, pero parecen no recordar que la orden hace tiempo que se perdió como un eco regurgitado. A duras penas sobreviven en sus mundos de gominola, donde la realidad carece del menor sentido y la crítica es un animal mitológico similar a la quimera o el político. Es alucinante como sus conversaciones siempre te llevan a una amenaza velada o un intento de soflama vacía con la que autoconvencerse de una pantomima que ni el troll más elaborado podría asumir como suya. Pero ahí están, no dicen nada más que lo que les mandan o creen que es la verdad innata de su lógica absurda, aunque las pruebas les demuestren que están equivocados, conseguirán salir por la tangente y cavilar nuevas formas para llevar la conversación a su terreno. No importa que aportes ni lo que enseñes, porque siempre tendrán un contraargumento para que el tuyo se desplome a sus ojos como una burda conspiración o Fake News. Sobreviven en su relato porque son incapaces de vivir en la realidad.
Tú mientras tanto intentas aportar dudas a lo que tienes delante de tus narices y encuentras por el camino, pero no llegas a buen puerto y acabas por defenestrar la conversación y frustrarte. Por otro lado, tal vez puedes ser de los que machacan con risas vacías y momentos subidos de tono, jocosos e hilarantes, que martiricen a los trolls como buenamente puedes, pero éstos siempre acaban por masacrar la esperanza del más pintado. Y no es porque sean máquinas de ingenio abusivas y engrasadas, es tan solo porque actúan mediante el acoso y derribo en grupos y van a machacar hasta que no queda una sola brizna de hierba en pie. Se sostienen mediante el cerco al inocente en grupo, la trola en forma de piedra que arrojan con su honda de cuero hecha de los jirones que han arrancado a un pobre ucraniano fallecido mientras defendía su nación.
Te dirán que estás abducido, que no eres capaz de salir de la Matrix, que no ves más allá, que eres un tipo con unas tragaderas infinitas. Y todo esto te lo van a decir mientras hace dos años decían que morían 4000 personas diarias debido a la pandemia y las vacunas una meta inalcanzable para mantenernos en la eterna esperanza, mientras el virus hacía una limpieza global. Un año atrás se decía que la pandemia era un invento. Seis meses atrás que las vacunas castran, matan, te vuelven homotransfilopollistarusófoboproagenda2030soristabillgatesófilo y adorador de la pachamama. Esos que en a principios de febrero bramaban contra el invent de la invasión rusa. Esos que hace dos días decían que lo de Bucha eran fake news, para luego decirte que fue falsa bandera, para seguir con al Batallón Azov y luego acabar con que directamente pasó pero porque los ucranianos llevaban la falda demasiado corta. ¿Es una alegoría incómoda?, más incómodo es que te invadan el país, bombardeen a tu población, y encima tener que aguantar a una parte considerable del mundo negar que te están asesinando. Así que, qué queréis que os diga.
Luego está la vida bajo el yugo.
Vivir pensando que todo lo que te rodea es una conspiración es otorgarle a los dirigentes políticos y empresariales unas capacidades que no tienen, porque no dejan de ser nuestros exponentes elevados a una potencia superior en cuanto a exposición pública, pero nada más. Son el muestreo puro y duro de lo que es el grueso de la ciudadanía en la situación precisa en la que se vive, y cómo tal, ellos actúan. Les otorgan el don de la virtud, cuando tienen apenas el don suficiente para no mearse encima. Que ya es mucho, siendo honesto. Mantienen que cada circunstancia que rodea al hombre, es una conspiración ideada en una mansión de la campiña de cualquier nación por tres familias que planean dominar el mundo, sometiéndote a un proceso de degradación mental en la que te usan como simple ganado con el que alimentar a sus vástagos.
Cada movimiento está pensado con antelación.
O eso dicen, pero parto de la premisa de que los gobernantes, en la mayor medida de lo posible, gobiernan en base a sujétame el cubata y asegurarse su futuro a 4-8 años vista, y el de los suyos. Con todo lo que ello conlleva.
Todo forma parte de la Agenda 2030.
La nueva Agenda 2030, no es más que los antiguos Objetivos del Milenio con los que nos machacaron en el colegio a los que estudiamos en los primeros años 2000. Objetivos que van cambiando de envase cada X tiempo y se presentan como novedad a la siguiente generación. Y oye, sigue colando, porque es una manera que tienen los países y ciertas organizaciones, de lavarse las manos en el concierto internacional, hacer como que hacen algo, cuando en realidad es un envoltorio nuevo a la misma basura inconclusa que te llevan vendiendo décadas. Pero tú, amigo, la sigues comprando.
Vivir de conspiración en conspiración es una forma de pensar que el mundo es más de lo que en realidad es. Y tenemos al conspiracionista feliz, que se cree a pies juntillas que absolutamente todo lo que pulula sobre su cabeza es una enorme mentira creada para engañarle a él (y solamente él es capaz de verlo). Luego está el listo de turno, que alimenta la paranoia del primero dándole el contenido que pide, añadiendo más tonterías se cosecha propia, para convertir su pisito en una mansión de oro. Y por último el troll, que usa a los dos anteriores para hacer crecer su ejército de seres con porras digitales, y se dedican a ir desinformando sobre cualquier causa que pueda dañar al país que paga su sueldo.
Amigos, el mundo no es una enorme conspiración, ni muchísimo menos. Porque, ya sabéis, «en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable»
Y el mundo es más simple de lo pensamos y tal vez caer en eso, es darnos cuenta de que somos idiotas, que votan idiotas y trabajan para idiotas.