
‘Cuando escuchéis promesas de “bajar los impuestos” ya sabéis a qué se refieren: bajárselos a los ricos, a unas 17.000 personas de más de 8 millones de personas. Bajarle los impuestos a los ricos para deteriorar los servicios públicos y el Estado del bienestar.’
Con este tuit nos deleitó ayer al mediodía Adrián Barbón, el confinador mayor del principado, a todos los que habitamos en dicha red social. Aunque sigue manteniendo capadas las contestaciones en ella, porque la democracia y la libertad de respuesta es una quimera inasumible para nuestro político favorito. Un tuit incisivo y profundo en el que el cabeza de gobierno de Asturias, nos demuestra su enorme clase política y pasividad a la hora de entender las cosas, en su línea. Digo enorme clase, porque Adrián se refiere a la medida que ha llevado a cabo el confinador mayor de la Junta de Andalucía, Moreno Nocilla, perdón, Bonilla. Adrián metiéndose con las medidas que toma otra comunidad autónoma al respecto de su autogobierno, lo nunca visto, como si Sánchez dejase de usar el Falcon. Fina ironía que nuestro adorado Adrián haga esto, cuando es el primero que salta a la yugular cuando otro político habla de Asturias, o las medidas que él toma, espumeando por la boca mientras grita enajenado que no tienen derecho a hablar de Asturias, ni de su gobierno, porque no son asturianos. Adrián, lo de aplicarnos el cuento lo dejamos para el pincho de la tarde, ¿verdad? Con la tortilla rellena entra mejor. Te entiendo. Pide la caña sin alcohol, que se te sube.
Pero, Adrián, es que tiene delito que un presidente que gobierna un estercolero sin futuro al que llamamos Asturias: sin apenas mano de obra, sin empresas de postín (salvo las de la mamadurría que respiran gracias al entubamiento público), sin jóvenes, y que lo único que abunda aquí sean los bares, prejubilados y jubilados alcoholizados, asuma los restos de criticar el mero hecho de que otro presidente autonómico hable, es de cárcel. Una Asturias sin personal sanitario, con unas listas de espera terroríficas, donde los niños aislados en pueblos perdidos de la mano de dios, viven una odisea diaria para acudir al colegio; donde los habitantes de esos pueblos no tienen forma de llegar a la ciudad, salvo que tengan un coche que les quieren quitar, pero tampoco les llegan los médicos para darles una mínima atención primaria. Una autonomía donde la vivienda pública es un pozo de dinero desfalcado y favores a empresas amigas, y sus habitantes padecen el abandono de una administración ineficaz y repleta de puestos de cartón piedra, e incapaces con un boli bic por arma. El que gobierna esta Asturias, se queja de otros gobiernos que pueden presumir de ser independientes económicamente, y no viven de las limosnas de otras comunidades, puedan encarar rebajas fiscales para sus ciudadanos en estos tiempos de inflación y crisis galopante. Tal vez Adrián debería informarse un poco de lo que significa deflactar el IRPF, antes de hablar y quedar ante quien tenga dos dedos de frente, como un ignorante con cargo regalado.
Andalucía bajará el IRPF autonómico un 4% a todas las rentas de menos de 40.000 euros, por cierto. Porque mientras Adrián te dice que los impuestos van a pagar unos servicios públicos de garante calidad, tú sufres día a día el deterioro de los mismos. Lo ves. Lo sientes. Lo padeces. Cada día estamos pagando más, mientras cada día tenemos menos. Dadle una vuelta mientras esperáis para ir al trauma tres años, y no tenéis cita con vuestro médico hasta dentro de veinte días.
En realidad, estamos pagando cada vez más, porque cada vez hay más estómagos agradecidos que dar de comer, y un estado monstruoso y depredador que nunca se sacia. Porque está creado para no saciarse. Un sistema zombificado al que alimentan los tipos como Adrián, que necesitan seguir parasitando en él porque no tienen otra salida más allá del paraguas del partido. Por lo tanto, intentarán colar el discurso de que sangrarte a ti, es bueno para ti, mientras esperas dos años para una resonancia y aplaudes discursos de este tipo. Te están engañando y manipulando con el único objetivo de subsistir ellos un día más, y hacerlo a tu costa. Porque te están hablando de salvaguardar la sanidad, los miembros y paladines de un partido como el PSOE, que promueven desde sus medios y personalidades afines un indulto a uno de los cabecillas de la mayor red de corrupción de la historia moderna europea. Los mismos que anhelan sacar de la cárcel a un tipo que amparó que el dinero de los parados y de fondos sociales, fuese destinados a putas y cocaína.
El dinero público es mío, es tuyo, es de todos. Y la tarea de gente como Adrián es gestionarlo, o delegar en personas que sepan hacerlo. Son meros gestores, administradores temporales, pero han monopolizado el hecho de hacer política en Asturias. Han convertido la política en puestos heredados, en meros trasuntos de capos con ínfulas de dioses emperadores. Sientan cátedra en su necedad, pensando que con su palabrería vacía consiguen engañar a la gente necesaria para mantenerse en el poder cuatro años más. Y no, en Asturias se mantienen en el poder gracias a una red clientelar dependiente de sangrar un poco más a la mano de obra escasa, para pagar prejubilaciones abusivas a personas plenamente competentes y en edad laboral, o sueldos públicos a amigos convertidos en asesores, y crear puestos doblados de funcionarios que no tienen la menor idea de qué hacen ahí. Pero ahí están, parasitando el sistema gracias a sus conexiones de partido. Porque no te vas a negar a un chollo, lo exprimes hasta que la teta no de más leche. Y de ahí, te moverás a pechos más grandes y jóvenes.
Yo seguiré siendo un mal asturiano, porque seguiré molestando dentro de mis posibilidades. Tú, Adrián, a firmar el indulto a Griñán.